LA MOCHILA

Decimos que cada uno llevamos cuando nos relacionamos a una cierta edad una mochila de piedras detrás. Esas piedras pueden ser grandes como losas que impiden relacionarte, que te entren angustia, miedo e inseguridad que no permiten más que bloqueos para la siguiente relación. O puede ser que esa mochila lleve arenilla o pequeños guijarros, con una leve carga, que poco a poco va liberándose a medida que el tiempo pasa.
Ella se cargó con una mochila llena de piedras de emociones que la inhabilitaba, se angustiaba cuando las emociones iban a más, le entraba miedos y huía con su mochila. Para ella era como subir una montaña llena de riscos altos pero que nunca alcanzaba la cima y cuando lo hacía llegaba cansada y con la espalda pesada, angustiada.
Para él, su emocionalidad le angustiaba, también su mochila estaba llena de piedras. Más grandes o más pequeñas. Él era como un potrillo desbocado con lo cual no tomaba consciencia de cuántas piedras iba llenando en la mochila.
Cuando se encontraron la chispa surgió. Su intensidad era muy grande. Pero aquello asustó a los dos. A los dos les entraron los miedos, el miedo de sus mochilas y entre palabras sin sentido, malentendidos por terceras personas, terminaron distanciados.
Ella fue liberando sus piedras, entendía que para querer no podía acarrear a sus espaldas tantas piedras, guijarros del pasado. Dejo pasar un tiempo. A cada momento que sale a la naturaleza libera una de esas piedras y se carga de otro tipo de paisajes. Otro tipo de vivencias.
Un día, con toda su valentía, creyó oportuno llamarle a él. Fuera rencores, fuera piedras de destrucción. Fue una conversación muy amena. Esa conversación fue la primera piedra para construir una nueva etapa. Las piedras no solo las llevas en la mochila. Las piedras también pueden construir nuevas etapas. Ahora ella, puede descansar sentirse un poco más tranquila. 

Microrrelato para @divagacionistas #relatosPiedras mes de Febrero


RADIOQUÍMICA EN CC.NN(I)

Una de las características singulares de la energía nuclear es la generación de gran cantidad de especies radiactivas. En una central nuclear la generación de energía por reacciones de fisión conduce inevitablemente a la aparición de gran cantidad de átomos inestables que decaen emitiendo radiactividad hasta formar átomos estables. Como consecuencia de las reacciones nucleares, un reactor comercial contiene un enorme inventario de radionucleidos de muy diversos elementos químicos, desde los más ligeros, pasando por los productos de fisión y activación, de masa intermedia, hasta los elementos transuránidos, más pesados. El control de este inventario es uno de los principales objetivos de la operación segura de una central nuclear y para ello, debe conocerse el comportamiento de todas estas especies en cualquiera de las condiciones operativas de la planta.

La radioquímica es la rama de la química que estudia los efectos químicos de las radiaciones ionizantes, las interacciones químicas de los isótopos radiactivos y las técnicas aplicadas para su separación y su medida, y tiene muchos aspectos comunes con la química inorgánica, química-física, analítica y la física nuclear. En una central nuclear, la radioquímica cubre el comportamiento de los radionucleidos, con especial énfasis en las reacciones químicas o aspectos físico-químicos que se manifiestan en las distintas partes de los sistemas de la central.

Vamos a conocer los distintos tipos de isótopos que se generan en una central nuclear de agua ligera, sus características generales, la importancia de algunos de ellos en los distintos aspectos de la central, como el diseño, la protección radiológica al personal de la central y al público, o el medio ambiente y también algunas de las aplicaciones que el buen conocimiento de su origen y comportamiento pueden aportar para monitorizar o diagnosticar la situación de diversos procesos.

PRINCIPALES ISÓTOPOS GENERADOS EN CC.NN. DE AGUA LIGERA 
El número de isótopos radioactivos que se generan en un reactor de agua ligera comercial supera ampliamente los cien. Cada radionucleido decae mediante la emisión de partículas desde el núcleo o fotones. En algunos casos se produce el cambio atómico mediante la captura de un electrón de la corteza atómica por el núcleo.
El decaimiento radiactivo es un proceso aleatorio que depende sólo del número de átomos radiactivos presentes, es decir, es una reacción de primer orden.

Productos de fisión. 


Los productos de fisión son los fragmentos atómicos resultantes de la reacción de ruptura del núcleo fisionado. Proceden principalmente de la fisión del U-235, del combustible nuclear, y del Pu-239, que se forma por activación neutrónica del U-238, átomo mayoritario en éste, y cuyas fisiones pueden ser una importante fracción de las totales al final de la vida del combustible. Otros átomos pesados presentes en el combustible irradiado pueden también sufrir fisión por el flujo neutrónico rápido o térmico del reactor, pero siempre son minoritarias.
Los fragmentos de fisión térmica rara vez son de igual o muy similar masa; más bien tienden a tener 1/3 y 2/3 de la masa del núcleo fisionado.
De entre los principales productos de fisión cabe destacar entre otros los siguientes: 
  • Gases Nobles: Hay una amplia familia de isótopos de Kr y Xe de masas situadas en los máximos de las curvas de rendimiento de fisión. Se conocen 22 productos de fisión, isótopos de los gases nobles. Dada su inercia química y su estado gaseoso, son unos excelentes indicadores de la integridad de los elementos combustibles del núcleo. Constituyen una parte importante de los efluentes gaseosos de una central y por ello, los sistemas de tratamiento de residuos gaseosos se diseñan para retenerlos de la forma más eficaz posible. 
  • Iodos: Hay cinco isótopos de yodo, de masas 131 a 135 muy importantes para evaluar la integridad del combustible del núcleo; además, el I-129 tiene un período muy elevado y debe considerarse a efectos de residuos sólidos. La existencia de diversas valencias estables del elemento y la volatilidad de muchas de ellas, así como su elevada capacidad de bioacumulación, hacen que los radioyodos y especialmente el I-131, t½= 8,04 días, sea el isótopo responsable de una buena parte del impacto radiológico de una planta, tanto al público como al medio ambiente, y por ello, en las especificaciones técnicas de funcionamiento, se limita su actividad específica en el refrigerante del reactor. 
  • Cesio: Son indicadores del estado de combustible. Algunos pueden aportar información sobre el quemado del combustible. Dado el elevado período del isótopo Cs-137 (30,2 años), tiene importancia en todos los aspectos relativos a los residuos de media y baja actividad, siendo uno de los principales isótopos de referencia. También su, dado su carácter catiónico, tiene importancia en la gestión de la actividad del primario PWR cuando hay fallos de combustible. 
  • Estroncio, Bario: Son indicadores de la integridad del combustible del núcleo y tienen importancia en los efluentes de la central como consecuencia de su radiotoxicidad especialmente los de período más elevado (Sr-90).

                        El comportamiento de estos isótopos depende de las características químicas del elemento al que pertenece cada isótopo. Es importante la determinación periódica y el seguimiento de estos isótopos, no sólo por sus aspectos radiológicos sino también por que proporcionan mucha información sobre el estado del combustible en el núcleo.

Esta entrada forma parte de una serie de minientradas sobre los elementos químicos que intervienen en una Central Nuclear en homenaje al año del Sistema Periódico 2019 #aitp2019

5 SCIKUS. 5 MUJERES INVENTORAS

Angela Ruiz Robles

Alivio de la lectura
la liberación de una gran carga
mínimo esfuerzo por ti


Amanda Jones

Conserva los alimentos
las frutas, carnes, verduras y ostras
mejora el enlatado


Letitia M. Geer

Jeringa de una mano
proveer la herramienta que sea útil
persona autónoma


Hedy Lamarr

Por un principio musical
en las ochenta y ocho frecuencias
como las teclas del piano


Mary Anderson

Varilla fina
los movimiento en vaivén
limpia sin igual


Participo con estos scikus, como #polidivulgador , en la iniciativa @hypatiacafe para el mes de Febrero sobre #PVCienciayMujer






BETTE NESMITH GRAHAM, LA INVENTORA DEL  TIPEX (II)


Ella y su hijo que le ayudo en casa a mejorar el invento ya que era maestro de química decidieron venderlo por su cuenta. No pudieron pagar la cuota de 400 dólares por los derechos de propiedad. De cualquier modo, siguieron adelante, investigaron en la biblioteca pública para estudiar las fórmulas de la pintura témpera y trabajando con un profesor de química para mejorar la consistencia de su producto. Su primer laboratorio era la cocina de su casa y la licuadora de su casa. ¡¡ Bendita licuadora ¡!!

Cada noche regresaba a casa a seguir tratando de mejorar la fórmula, escribir cartas y enviar muestras a compradores. En esa época se sintió desilusionada en varias ocasiones porque quería el producto perfecto y el camino era largo.

Sus primeros empleados fueron su hijo adolescente y sus amigos. Trabajando en la cochera, colocando etiquetas a mano y cortando en diagonal las puntas de los pinceles de las tapas.

Bette se volvió tan dedicada a su proyecto que dejaba de lado su trabajo. Un día en el banco escribió una carta que firmó como “The Mistake Out Company” por la que fue despedida. Para ella supuso una liberación y lo que supuso volverse propietaria de tiempo completo de su pequeña empresa en 1958. En ese año, presentó una solicitud para patentar su mezcla y cambiar el nombre por “Liquid Paper”

Esta mezcla de agua y pintura blanca es lo que hoy conocemos como el famoso Típex, que actualmente lo hay de muchos formatos y que nos “salva” la vida en muchas ocasiones.

Tras su muerte, su hijo heredó su fortuna quien se hizo cargo de las fundaciones y continuó dando apoyos económicos a mujeres que luchaban por salir adelante.

Bette Nesmith Graham dijo en 1977: “La mayoría de los hombres son ignorantes. En realidad no comprenden. Así que las mujeres deben ser fieles a su determinación e incansables. No debemos rendirnos.”

Participo con este microrrelato, como #polidivulgador , en la iniciativa @hypatiacafe para el mes de Febrero sobre #PVCienciayMujer

BETTE NESMITH GRAHAM, LA INVENTORA DEL  TIPEX (I)

Bette no era mujer que veía el mundo de una sola forma, tenía un mundo de color en su cabeza. Siempre fue una niña muy creativa con las pinturas en las manos, creando un mundo fantasioso a su alrededor donde refugiarse. Su madre fue una artista que le dio a Bette clases de pintura al óleo.
De mayor empezó a trabajar en un banco como mecanógrafa y no era de las buenas. El sueldo no le daba para las dos y en su tiempo libre realizaba trabajos extras como pintar las ventanas de los bancos, diseñar membretes y otras cosas relacionadas con las artes. Era divorciada y tenía un hijo que sacar adelante y un día decidió decorar las ventanas del banco de dibujos de colores ante el panorama gris de oficina que la rodeaba. Quería un toque distinto a ese mundo, un refugio donde escaparse de vez en cuando, cuando tenía una montonera de papel que transcribir o cuando el jefe de turno le exigía en demasía. Un buen día la obligaron a usar un modelo de máquina de escribir nuevo que tenía teclas sensibles y una cinta de carbón en lugar de una de tela. Los errores se acumulaban por todo el papel y, cuando intentó usar un borrador, la tinta de carbón se corría por toda la página con lo cual era peor el remedio que la enfermedad. La máquina era un dolor de cabeza para ella.
Un día se dio cuenta que cuando un artista rotula, nunca corrige sus errores borrando, sino que siempre pinta encima del error. Así que decidió usar lo que los artistas usan. Se le ocurrió poner un poco de pintura de agua en una licuadora de su casa, la vertía en frascos de esmalte para uñas así hasta quedarse de madrugada llenando botellitas y la llevaba a su oficina y así corregir sus errores. De esa forma gastaría menos papel y vueltas a empezar una y otra vez con la máquina maldita.
Este pequeño invento le sirvió a Bette corregir durante cinco años errores, en secreto. Ocultaba los botes en el escritorio y solo lo aplicaba a escondidas cuando debía evitar el escrutinio del típico jefe criticón. No le contó a nadie de las primeras botellas. Lo curioso del caso es que, a pesar de la regañina de los jefes por usar el invento, sus compañeros se fueron enteraron y la mezcla fue llegando a casi todos los escritorios y gabinetes.
Participo con este microrrelato, como #polidivulgador , en la iniciativa @hypatiacafe para el mes de Febrero sobre #PVCienciayMujer