CHEMOBRAIN
Quién haya pasado por un cáncer y una quimioterapia a la
larga pasa por un efecto denominado Chemobrain que se describe como los cambios
en la memoria, la atención, la concentración y la capacidad para realizar
diversas tareas mentales. Se producen déficits cognitivos o disminución del
funcionamiento neuropsicológico. Quién lo sufre es un verdadero caos en su
cabeza. No recuerda nada, tu memoria es a corto plazo. Te crees que pasará por
un tiempo, pero a medida que pasan los meses ves que va a más. No recuerdas los
nombres de tus amigos que te acaban de presentar, no te acuerdas de las citas médicas,
aunque las lleves apuntadas, te presentas a sitios que no debes presentarte
porque tu memoria te ha jugado una mala pasada. Si encima has pasado un cáncer
en medio de una pandemia, con un aislamiento añadido de más y con escaso
movimiento y contacto social pues se agrava quizás el chemobrain un poco más. Cuando
vuelves a la “normalidad”, a la vuelta de costumbres tu mente esta en esa
dispersión, en esa neblina confusa. Un día te puedes confundir al coger el
metro y vas dando vueltas por la línea circular o no recordar a qué calles vas
o lo más simple, no coger las llaves. Y no, no se trate de estrés porque
supuestamente estás tranquilo, es esa dichosa confusión mental que se hospedó
en tu mente gracias a la quimio y si te tomas la hormona tras un cáncer de mama
más se pronuncia.
Los neuropsicólogos dicen que es de la edad y que tu estas
bien pero no, no es así, es el dichoso chemobrain. Eres una persona joven, pero
de avanzada edad mental que para mejorar su memoria se pondrá a hacer sudokus,
crucigramas, sopas de letras, cálculos mentales o un buscar a Willy para
recuperar un poco de dignidad mental.