EL CUBO DE URANIO
Era
el verano del 2013, un cubo de uranio de dos pulgadas de lado y cuyo peso era
de cinco kilos aproximadamente llegó a la Universidad de Maryland. Venía
acompañado de una nota que decía; “Tomado del reactor que Hitler intentó
construir. Regalo de Ninninger.”
Después
de la detonación de la bomba Trinity en julio de 1945 en Nuevo México. El
origen de la era nuclear se remonta a otros 663 similares como él. El cubo representa
el esfuerzo fallido de los alemanes por un reactor nuclear. En la Universidad
de Maryland de preguntaron ¿Cómo terminó un trozo de uranio de Alemania en su universidad
después de 70 años? ¿Cómo y cuántos ahí como este? ¿y qué paso con el resto? Y sobre
todo ¿Quién es Ninninger?
El
cubo se refería al programa de investigación nuclear realizado por los alemanes
en la Segunda Guerra Mundial en busca de la energía nuclear y, principalmente,
en conseguir un arma nuclear. Varios físicos consiguieron participar en ese
proyecto de investigación, el más reconocido fue Heisenberg.
Se
dividieron en tres grupos, cada uno de los cuales realizó una serie de experimentos
por separado. Cada uno de ellos tenía el nombre en clave de la ciudad en la que
tuvieron lugar los experimentos: Berlín (B), Gottow (G) y Leipzig (L). Su
trabajo fue más lento que el de los americanos.
Los
alemanes esperaban que, aunque seguramente iban a perder la guerra, podrían ser
los primeros en lograr un reactor nuclear autosuficiente.
Al
mantener esa esperanza, los funcionarios trasladaron los experimentos del reactor
de Berlín dirigidos por Heisenberg al sur antes de la invasión aliada.
Finalmente, aterrizaron en una cueva debajo de un castillo, en la pequeña
ciudad de Haigerloch en el suroeste de Alemania.
Allí
construyó su último experimento: el B-VIII, el octavo experimento del grupo de
Berlín.
El
reactor nuclear experimental comprendía 664 cubos de uranio, cada uno de los
cuales pesaba alrededor de 5 kilos. Se utilizó un cable de aviación para atar
los cubos en largas cadenas que cuelgan de una tapa. El enjambre de cubos de
uranio se sumergió en un tanque de agua pesada rodeado por una pared de
grafito. Fue la mejor idea que se le ocurrió al programa alemán pero
evidentemente no era suficiente para lograr un reactor crítico autosuficiente
debido a la pared de grafito.
En
un análisis del cubo con espectroscopia de rayos gamma de alta resolución se
mostró que su composición es la del uranio natural, no agotado ni enriquecido.
La espectroscopia también confirmó que el cubo de uranio nunca formó parte de
un reactor que alcanzó la criticidad; no contenía productos de fisión
reveladores como el Cs-137. Ambos hallazgos fueron consistentes para la
Universidad de Maryland sobre el Uranio utilizado en la operación del reactor
B-VIII, por lo que llegaron a la conclusión que era un auténtico cubo del
experimento de Heisenberg.
¿Cómo
llegó un cubo de un reactor nuclear alemán en el lado occidental? La respuesta
esta en la misión Alsos.
En
1944, Leslie Groves ordenó una misión encubierta llamada Alsos que llevaba a un
pequeño número de personal militar y científicos a Las líneas del frente en
Europa para recopilar información del programa alemán.
Cuando
los Aliados se acercaron al sus de Alemania, los científicos de Heisenberg
desmontaron rápidamente el B-VIII. Los cubos de uranio se enterraron en un campo
cercano, el agua pesada se ocultó en barriles y parte de la documentación más
importante se ocultó en una letrina. Cuando el equipo de Alsos llegó a
Haigerloch a finales de 1945, Heisenberg había escapado antes en una bicicleta
con cubos de uranio en su mochila. En 1945, los 659 cubos de uranio restantes
fueron desenterrados del campo y enviados, junto con el agua pesada, a París y
luego a EEUU. Pero ¿qué les sucedió una enviados a los Estados Unidos?, Tal vez
después de llegar a Nueva York, algunos cubos llegaron a las manos de uno o más
funcionarios del Proyecto Manhattan como botín de papel de guerra.
Muchos
estudiosos han pensado durante tiempo que los científicos alemanes no podrían
haber creado un reactor nuclear en funcionamiento porque no tenían suficiente
uranio para hacer funcionar el reactor B-VIII. “El aparato aún era demasiado
pequeño para sostener una reacción de fisión de forma independiente, pero un
ligero aumento en su tamaño hubiera sido suficiente para comenzar el proceso de
producción de energía” Dijo Heisenberg. El modelo mostró que los análisis
aproximados realizados por los alemanes en 1945 eran correctos: el núcleo del
reactor, tal como fue diseñado, no habría podido lograr una reacción en cadena
nuclear autosostenida dada la cantidad de uranio y su configuración. Pero si
podía haber funcionado si los alemanes hubiesen puesto 50% más de cubos de
uranio en el núcleo.
Los cubos representan una era pasada en
la ciencia cuando los investigadores apenas estaban empezando a descubrir el
mundo subatómico. La historia de los cubos es una lección de fracaso científico,
aunque vale la pena celebrarlo. El experimento del que formaron parte, diseñado
por algunas de las mentes científicas más grandes de las épocas, no funcionó.
Afortunadamente para nosotros, los limitados recursos científicos del programa
de investigación nuclear alemán pudieron haber sido lo que frustró a Heisenberg
y sus colegas en su búsqueda de la energía nuclear. En la ciencia, haríamos
bien en mejorar nuestras condiciones y mejorar equipados para enfrentar grandes
desafíos cuando dejamos de lado nuestras diferencias y trabajamos juntos.
Este relato esta basado en el artículo El misterioso cubo de uranio de Hitler
Con este relato participo como #Polidivulgador en el mes de mayo en el tema #PVradiactividad en la iniciativa de @hypatiacafe
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